La Federación de Asociaciones Vecinales de Menorca amenaza, si no se aplica pronto una solución, con llevar a los tribunales las «excesivas y prolongadas» molestias que provocan los buques que atracan en el puerto de Maó y que sufren, indican, los ciudadanos en el municipio, especialmente aquellos que residen en tres de las barriadas más perjudicadas por un problema que califican de «grave»; estas son, el centro histórico de Maó, Dalt Sant Joan y Tanques del Carme.
Los afectados señalan concretamente al buque «Ciudad de Granada» de Trasmed, la naviera española del Grupo Grimaldi, por «los evidentes problemas mecánicos que provocan ruidos, vibraciones y humos excesivos» cada vez que atraca en el puerto de Maó. Las molestias, apuntan, se repiten «cada martes durante 4,5 horas diurnas», entre las 6.30 y las 11 horas, detallan; y especialmente los fines de semana durante 37 horas seguidas, «desde el sábado a las 6.30 hasta el domingo a las 19 horas de forma ininterrumpida».
El «Ciudad de Granada» es el segundo buque de mayor capacidad de la flota de Trasmed, que puede transportar un máximo de 1.252 pasajeros entre los puertos de Barcelona y Maó. Atraca cada martes y sábado en la rada mahonesa, donde permanece con los motores encendidos. «La Policía Local de Maó se ha desplazado a domicilios de las barriadas de Dalt Sant Joan y Tanques del Carme para realizar sonometrías y han redactado informes que demuestran que este buque excede en muchos decibelios los ruidos permitidos por la legislación europea, estatal y local vigente», advierten desde la Federación de Asociaciones Vecinales de Menorca.
Esta situación que definen de «desesperante indefensión» ha provocado, entre noviembre de 2023 y el pasado mes de febrero, la generación de hasta siete quejas por los excesivos ruidos que, denuncian los vecinos, emite el «Ciudad de Granada»; unas reclamaciones que ya han sido remitidas tanto a Autoridad Portuaria de Balears (APB) como a la empresa propietaria de Trasmed, el Grupo Grimaldi. En las últimas semanas, han sido trasladadas también al Ayuntamiento de Maó y al Consell insular «para que intercedan en nombre de toda la ciudadanía» sin que los perjudicados hayan recibido a día de hoy una respuesta.
En este sentido, lamentan la «poca receptividad» por parte de las diferentes administraciones públicas y avisan que «antes de vernos obligados a judicializar este grave problema, hemos solicitado a la Sindicatura de Greuges que nos facilite la intermediación» para acabar con la «excesiva y prolongada» problemática que les causa el buque, que «impide el descanso de toda la ciudadanía, los comercios y otros establecimientos turísticos que dan a la fachada marítima del puerto de Maó».
Próximamente, el sistema 'cold ironing'
Hay que recordar que está previsto que a principios de 2025 esté operativo el sistema de cold ironing en el puerto de Maó para que los ferris que atraquen en la rada mahonesa puedan conectarse a la red eléctrica mientras están amarrados, hecho que permitiría reducir las emisiones de gases contaminantes y el ruido generado por los motores encendidos. Este sistema se está instalando ya en todos los puertos de Balears y, en el caso de Menorca, tendrá un coste de 3,5 millones de euros que estarán subvencionados en un 40 por ciento por los fondos europeos Next Generation.
Eso sí, solo podrán enchufarse a la red eléctrica y apagar los motores aquellos ferris que estén adaptados. Hasta ahora, del «Ciudad de Granada» solo se sabe que el año pasado se sometió a una renovación integral para ajustarse a la normativa Marpol, que regula la contaminación atmosférica producida por buques. Para ello, se llevaron a cabo una serie de mejoras y tareas de mantenimiento para reducir las emisiones de gases SOx (óxidos de azufre) en la atmósfera.