El equipo de gobierno de Ciutadella y la cooperativa Serveis d’Escorxador, que realiza los sacrificios en el matadero municipal, cuestionan las ayudas públicas que están permitiendo rescatar la gestión del matadero de Maó.
«Nadie nos salvó ni vino a rescatar al ayuntamiento cuando nos encontramos con el disparate de tener que pagar 500.000 euros anuales por la eliminación del sandach», recuerda la concejala y secretaria general del PSOE-Ciutadella,Sandra Moll. «Y, cuando al fin logramos abaratar los costes y enviar los restos a la península, la ayuda del Consell fue igualitaria para Ciutadella y Maó, pese a que aquí sacrificamos el 90 por ciento», se queja.
Sandra Moll asegura que ya entonces manifestó su «desacuerdo» al gobierno que lideraba su propio partido en el Consell insular y se sorprende de que «ahora sí se decida rescatar el matadero de Maó porque está en apuros».
La socialista considera «injusto» que el Consell dé la misma ayuda a ambos municipios «y no haga como el Fondo de Garantía Agraria (Fogaiba) del Govern, que reparte sus ayudas en función de la actividad de cada matadero. Es más, Sandra Moll cree «cuestionable» que la ayuda llegue directamente a la cooperativa Monte Toro, que gestiona el matadero de Maó, «cuando existe un contrato que externaliza la gestión. No es legal. Que el Consell le pague el sandach me genera dudas».
No es la única. También los matarifes de Serveis d’Escorxador de Ciutadella cuestionan las ayudas a Monte Toro cuando el contrato vigente en Maó desde 2014 deja en manos de la cooperativa «la ejecución de las obras y equipamientos» y establece que debe asumir «el mantenimiento de las instalaciones y la correcta gestión de los residuos» y que «no tendrá derecho a indemnización por pérdidas». Además, no paga canon por el uso de las instalaciones.
Desde la cooperativa de Ciutadella se sienten «discriminados» por tener «peores condiciones, pese a asumir el 90 por ciento de los sacrificios», y piden que el gobierno de Maó saque la gestión a concurso, ya que «han cambiado las condiciones y no puede ayudar así a una empresa privada». Pedro Benejam, en nombre de la cooperativa de Ciutadella, pide optar a la gestión del matadero de Maó, mientras aguarda a conocer los detalles del nuevo concurso que convocará el Ayuntamiento para seguir realizando los sacrificios en Ponent, cuyo contrato expira en marzo de 2025.
Ante todo ello, el gobierno de Maó reivindica su competencia.La concejala Susana Salom pide «que Ciutadella no cuestione la fórmula que seguimos en Maó y se preocupe y ocupe de lo suyo, que ya tiene suficiente».
La consellera de Economia, Maria Antònia Taltavull, recuerda que «la competencia es municipal y ni intervenimos en cuestiones de personal ni sabemos a quién va destinado el dinero, pues son cosas internas de los ayuntamientos». Taltavull dice, eso sí, que Maó deberá devolver el dinero por la máquina para eliminar el sandach que finalmente no compró y que aún no ha decidido si mantendrá en 2025 las aportaciones a ambos mataderos. «Les ayudamos porque necesitaban resolver sus deficiencias, pero ahora evaluaremos cómo han gastado el dinero para ver cómo seguir ayudándoles».
Sandra Moll agradece que el Consell diera este año la «ayuda más elevada» que ha recibido nunca Ciutadella, pero muestra su «sorpresa por la pasividad en la gestión de la planta de Milà. Sacamos el sandach fuera porque nos sale más a cuenta y aún resulta inasumible en Milà, donde estos restos se queman en lugar de darles un tratamiento más ecológico y acorde con la Reserva de la Biosfera. Hace ocho años ya que esperamos la planta de biogás. ¿Hasta cuándo? ¿Por qué ni el anterior ni el actual gobierno son capaces de reclamarlo a la empresa que gestiona Milà?».