Cafrisa no es estrictamente una empresa familiar, porque desde sus inicios hace 43 años, está formada por socios. Sin embargo, tiene un aspecto familiar destacado: el director que vivió su desarrollo hasta 2014, Llorenç Riera, es el padre del actual, David Riera Florit. En su intervención de ayer destacó dos aspectos de la trayectoria histórica: el carácter pionero de la empresa, la primera en Menorca que se dedicó a la distribución de congelados, y las «ideas, enseñanza y valores» que aprendió de su padre, «a quien admiro». David desglosó çómo fueron los primeros veranos en que ayudaba en el reparto y el proceso de formación desde que se incorporó en el 2000. «Creo que es fundamental y necesario que para dirigir una empresa antes se pase por todas las secciones y se conozca lo que significa el núcleo interno».
David Riera explicó con detalle el grave problema que surgió en marzo de 2020 con el confinamiento por la pandemia. «Todo se paró, era desconcertante, con las cámaras llenas de producto, con inversiones muy grandes para afrontar la temporada, los clientes pidiendo aplazar los pagos, sin ventas, los proveedores pidiendo cobrar, las nóminas...». Reconoce que la ayuda pública ayudó a superar la situación. Pero para la empresa representó un revulsivo. «Fue el momento de abrir nuevos mercados fuera de Menorca -explica- y montamos una empresa para la importación de pescado de Marruecos, Mauritania y Noruega y hacer la distribución en Balears y la Península». Desde Barcelona distribuyen a mayoristas de la costa mediterránea y Madrid. Con ello, han triplicado la facturación respecto a 2019.