El Grupo Popular en el Ayuntamiento de Maó propone medidas de alivio fiscal para los ciudadanos a cambio de un voto de abstención que permita al equipo de gobierno del PSOE aprobar el plan de ajuste que evite recortes en el presupuesto municipal.
La primera de esas propuestas es que se bonifique al 50 por ciento la factura del agua a todos los vecinos, hasta que no se resuelva el problema actual de exceso de nitratos y se garantice el agua potable a toda la ciudad; la segunda es una rebaja de tres puntos en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) durante los próximos dos años «para aligerar la carga de familias y empresas», declaró ayer la portavoz del PP, Virginia Victori, en una rueda de prensa junto a los concejales Maribel Llufriu, Alfonso Toral y Antonio Airos.
Por último, el principal grupo de la oposición reclama una comparecencia trimestral ante el pleno del alcalde, Héctor Pons, para que informe de la evolución de las cuentas municipales.
Las propuestas deben ser negociadas con el PSOE e incluirse en un acuerdo que se sellaría fuera del Plan Económico y Financiero (PEF), del que los populares también quieren suprimir la subida de precios en los servicios deportivos (polideportivo y piscina) y los culturales y de ocio (escuelas municipales), porque afirman que la actualización debería haberse producido con carácter anual y han pasado 10 años desde la última, en 2015, precisamente con un gobierno del PP. «Ahora no es el momento», aseguró Victori, cuando muchos vecinos de Maó, debido al atasco en la recaudación, «pagarán este años dos veces la basura», criticó la edil, el recibo que no se puso al cobro en 2024 y el del presente ejercicio 2025.
De hecho esta es una idea que los socialistas ya plantearon en una de las reuniones sobre el Plan Económico y Financiero (PEF), su disposición a eliminar esa actualización de precios públicos. «Nosotros lo aceptaríamos, estamos dispuestos a negociar y creemos que nuestras propuestas son asumibles», insistió Victori, quien también fue muy crítica con la gestión económica en el Consistorio.
«Esto no es un accidente ni un imprevisto, es consecuencia de una manera de gobernar, de diez años gastando sin control e ignorando las advertencias», manifestó la portavoz popular, «ahora para esconder esa mala gestión quieren que todos apoyemos el plan, pero no vamos a ser cómplices».
Por su parte, la concejal Maribel Llufriu calificó de «muy preocupantes» las acciones del equipo de gobierno y afirmó que «el plan es el resultado de años de una mala gestión económica». En concreto mencionó tres causas «claras y graves» de la situación actual: una recaudación deficitaria, la financiación de inversiones y su imputación en el presupuesto, y la realización de gastos sin su correspondiente consignación presupuestaria.
Todo mentiras........ni caso