El hotel rural de Alaior que ha sido denunciado por la Guardia Civil por la extracción ilegal de 40.000 litros diarios de un pozo no registrado en la Dirección General de Recursos Hídricos cuenta con una oferta de 15 piscinas de hasta 27 metros cuadrados, ubicadas en las suites de lujo del establecimiento, y otra de grandes dimensiones, alrededor de 500 metros cuadrados, para disfrute comunitario de los clientes. Se trata del Hotel Cap Menorca, del grupo francés Mare e Terra, que abrió sus puertas la pasada temporada en las antiguas baterías militares de Llucalari después de una década de tramitaciones y cambios sustanciales en el proyecto inicial.
El primer caso que sale a la luz pública de la llamada «operación zahorí», que busca frenar el uso descontrolado del agua en el campo, vuelve a poner el foco sobre las intervenciones turísticas que se han promovido en la Isla antes de la entrada en vigor de la revisión del Plan Territorial Insular (PTI), que desde el año 2023 limita la construcción de piscinas en establecimientos rurales a una por finca y con una dimensión máxima de 35 metros cuadrados o bien una capacidad de 60 metros cúbicos. La piscina principal del Cap de Menorca es 16 más veces más grande de lo actualmente permitido.
Cabe subrayar que este diario ha podido confirmar que en este caso en el proyecto no se presentaron ante las autoridades como aljibes –como en el caso de las siete piscinas legalizadas de Torre Vella–, sino específicamente como piscinas, que cuentan con autorización. Pasaron el filtro de Medio Ambiente, aunque lo que ha revelado el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil es que en la práctica no solo han recurrido al pozo autorizado para el consumo humano, sino también a otro más antiguo que no estaba registrado y al parecer como abastecimiento para el rellenado de piscinas.
En el comunicado en el que la Guardia Civil hizo pública la actuación de precintado de este pozo, que califica en diversas ocasiones de «ilegal», se especifica que «de acuerdo con la información facilitada por la propiedad» esos 40.000 litros diarios que se sacaban del punto de captación de agua subterránea «se destinaban supuestamente al riego de jardines y al llenado de piscinas». Sin embargo, desde la empresa promotora, Laurent Morel-Ruymen lo negaba ayer en declaraciones a este diario.
«El uso de este pozo es ajeno a la operativa hotelera», asegura, «no se usaba para rellenar piscinas, sino para regar nuestras plantaciones». En este sentido hay que subrayar que el establecimiento anuncia que las piscinas instaladas en las habitaciones son de agua salada. El conocido empresario galo tampoco comprende «cómo se puede concretar el número de litros que extraemos, si no hay un sistema instalado para contarlos».
Un pozo militar
Morel-Ruymen defiende que su equipo está en contacto con la Dirección General de Recursos Hídricos del Govern para tratar de aclarar la situación. Reconoce que el pozo en cuestión no tenía la documentación que legalmente se requiere, pero afirma que es porque «lo hicieron militares antes de que se aprobara la ley». Subraya que no han sido ellos los que lo han perforado a 82 metros de profundidad. «Lo construyó el Ejército entre 1920 y 1930 y fue el único pozo de la finca hasta 2007, llegó a dar de beber a 300 militares», asegura.
Juan00grUff, el argumentario de VOX al completo. ¿De verdad te lo crees?