La familia de Santi Oliver, uno de los dos menorquines que viajaban en la Flotilla Global Sumud con destino a Gaza para entregar ayuda humanitaria, desconoce por el momento su paradero y vive horas de gran incertidumbre. El barco en el que viajaba Oliver fue interceptado esta pasada madrugada por el ejército de Israel, pero sus familiares todavía no han recibido ninguna confirmación oficial sobre su situación.
Su hija, Carlota Oliver, explica que en el último tramo de la travesía su padre viajaba a bordo del «Estrella y Manuel», una de las embarcaciones que integraban la Flotilla, pero perdieron toda comunicación con él hacia las dos de la madrugada.
«Ayer a las 19 horas mi padre nos empezó a escribir para decirnos que les esperaban algunos barcos. En un primer momento, no sabían si eran del ejército de Israel o patriotas israelíes que acudían tras las acusaciones de terrorismo contra la flotilla», detalla Carlota.
Ataques con cañones de agua
Según relata, mientras estaban siendo interceptados, Santi les envió varios vídeos. «Nos decía que habían escapado varias veces de los barcos israelíes, pero que se les estaban poniendo al lado, les disparaban con cañones de agua y estaban completamente calados». En los últimos vídeos, contaba que a la mayoría de la tripulación se les habían estropeado los teléfonos móviles. Poco después, la familia perdió toda comunicación con él.
El protocolo de la organización establecía que si los militares israelíes abordaban las embarcaciones con armas, debían lanzar los móviles al mar antes de levantar las manos.
El viaje de Santi Oliver comenzó en Barcelona, a bordo del «Family», el barco insignia en el que también viajaban figuras públicas como Greta Thunberg y Ada Colau. Sin embargo, debido a una avería del motor —que algunos sospechan pudo haber sido sabotaje— fue transferido a otra embarcación, y finalmente al «Estrella y Manuel», donde llevaba apenas dos o tres días antes del abordaje. «Era uno de los barcos grandes, con unas treinta personas a bordo», explica su hija.
Sin confirmación oficial
Carlota Oliver lamenta que, oficialmente, aún no se haya confirmado la interceptación de su padre. «En el tracker del barco figura como probablemente interceptado, pero no ha habido ninguna comunicación oficial», señala.
Además, denuncia la ausencia total de contacto institucional. «No hemos recibido ninguna comunicación del Gobierno, ni de ninguna autoridad de Menorca. Hasta la fecha, ningún representante se ha puesto en contacto con nosotros, sabiendo que había dos menorquines a bordo y que la intercepción es como un secuestro, porque es ilegal», asegura.
Ahora la familia espera instrucciones de la organización, que cuenta con abogados en Israel.
No firmará su devolución
Según su hija, Santi Oliver no tiene intención de firmar su retorno inmediato. «Quiere ejercer presión. Intentará su liberación, pero con exigencias para que las instituciones actúen», asegura Carlota, quien añade que su padre era plenamente consciente de los riesgos que asumía, pero les pidió a sus familiares que centraran el foco en Palestina. «Antes de embarcarse, mi padre nos dijo que no podía ser padre ni abuelo si no hacía nada», recuerda con emoción su hija.
Sinceramente pa que tanto rollo humanitario así . Si con el COVID no lo hicimos así . Lo suyo sería que hubiera ido un barco de carga con la comida y cosas necesarias para Gaza y listo será que no hay cargueros ni barcos que vayan allí por qué hay guerra? Pista obvio que van pero si hacen a estos famosos y la gente ve 7 barcos desconocidos llendo" pa aya a ayudarles"a los del pueblo pues es obvio que los Hiban a atacar y de todo