El Grupo Socialista en el Parlament recrudeció ayer su denuncia por el posible conflicto de intereses del conseller balear del Mar y del Ciclo del Agua, Juan Manuel Lafuente, al que acusa de haber intervenido en la tramitación de expedientes que afectan a Addaia SA, la concesionaria del puerto del mismo nombre, de la que su familia es accionista. El conseller socialista Marc Pons aseguró que su designación como conseller está prohibida por la Ley de Buen Gobierno de Balears y por el código ético que él mismo firmó y reclama a la Conselleria de Presidencia que le abra expediente.
Tres semanas después de haber denunciado su conflicto de intereses del conseller en la tramitación de las modificaciones en la Ley de Puertos, que entre otras cosas podría alargar el periodo de concesión de Addaia SA hasta el año 2077, los socialistas aprovecharon la interpelación presentada para asegurar que ese conflicto de intereses del conseller «es permanente» y poner sobre la mesa dos ejemplos.
El primero, la aprobación por parte del consejo de administración de Ports de les Illes Balears, ente que preside Lafuente, de un aumento de las tarifas que la concesionaria podrá cobrar a sus clientes con el visto bueno del conseller. El segundo, el expediente de la ampliación del puerto de Addaia, que hace dos años y medio, que tenía que haber archivado hace 2,5 años y no se ha hecho: «¿Por qué no se tramita la caducidad del proyecto de ampliación y sí el del aumento de tarifas?», preguntó Marc Pons, quien advirtió que «hay mucho dinero en juego» y acusó a Lafuente de ser «juez y parte» en los mismos expedientes.
El conseller Lafuente aseguró ante la cámara balear que «no existe ningún interés personal y me he abstenido en todo», en alusión a las decisiones que pudieran tener que ver con la empresa de la que la familia es accionista minoritaria y de la que asegura que «no tengo ni tendré participación alguna». El menorquín aseguró que desde que entró en la Conselleria «dije que me abstendría de participar en cualquier decisión que afectara a la sociedad y así lo he hecho en todos los consejos de administración, les dije que no me consultaran nada y que tratasen a todos por igual de acuerdo con la ley».
Acto seguido, Lafuente pasó al contraataque acusando a Marc Pons de tener «una manía persecutoria enfermiza» contra el Govern y contra su persona y denunciar que es «una vergüenza que suba aquí (al atril) a difamar, ni siquiera he preguntado por esos expedientes». El conseller aseguró entender que Pons esté «nervioso y enfadado porque le han salido las cosas mal». En ese sentido, recordó los frustrados intentos de abrir una cantina y un restaurante en Fornells y las deficiencias de partida encontradas en el proyecto de reforma del puerto de Fornells.
Credibilidad
En su segunda intervención Lafuente le echó en cara a Marc Pons los mensajes del caso Koldo y incluso el caso Cesgarden para subrayar «la poca credibilidad que tiene porque es especialista en mirar a otros intereses que no son los públicos. Usted se monta aquí una película cuyo objetivo principal es atacar al Govern y a mí». Lafuente, que fue arropado con aplausos por la bancada popular, lamentó que la modificación de la ley de Puertos se lleva a cabo por iniciativa de los clubes náuticos y que el PSOE saque ahora su relación con la concesionaria de Addaia cuando «usted ya lo sabía, era público y notorio».
Antes me iría a comer con Juan Manuel Lafuente que con Marc Pons. Menudo personaje que vive en La Moraleja d’es Mercadal y no se le conoce oficio fuera de la política.