La llegada de la temporada baja vuelve a mostrar las costuras de la conectividad aérea insular. La reducción drástica de la oferta de vuelos está provocando que las frecuencias más demandadas, sobre todo las que permiten escapadas de fin de semana, se agoten con rapidez tanto en las rutas con la Península, sobre todo Barcelona y Madrid, como en la conexión interislas con Palma.
La situación de colapso, convertida ya en un clásico del mes de noviembre, se ve agravada por el repunte de una práctica no por legal menos perjudicial para los usuarios afectados: la sobreventa de billetes por parte de las compañías aéreas, el llamado overbooking, que añade un factor más de incertidumbre para los sufridos pasajeros residentes.
Este diario ha podido corroborar con fuentes del personal del Aeropuerto de Menorca que buena parte de los vuelos que parten de Menorca lo hacen con avisos de overbooking. Más allá de que la venta de más billetes de los asientos disponibles termine afectando a los viajeros, esta realidad es sintomática del enorme grado de ocupación que tienen los vuelos y de los problemas que tanto los pasajeros cautivos –los que tienen que volar sí o sí por motivos laborales, médicos, familiares o deportivos– como los que quieren hacer turismo de fin de semana se encuentran para poder encontrar plaza.
Quizá la problemática más célebre es la que afecta a la ruta de Obligación de Servicio Público (OSP) entre Menorca y Madrid. Los dos vuelos diarios a los que obliga el contrato siguen mostrándose más que escasos para cubrir la creciente demanda que se registra en el mes de noviembre. Al cierre de la edición ya era imposible encontrar asientos en vuelo directo a la capital hasta el próximo 23 de noviembre. Pero la situación de las otras grandes rutas menorquinas tampoco es para lanzar cohetes, al menos en los días punta de demanda, los que permiten sacar el máximo provecho a un fin de semana.
Los usuarios de la ruta con Barcelona son conscientes de lo complicado que resulta encontrar billetes en momentos clave como el de regreso el domingo por la tarde. Y lo mismo ocurre en la conexión con Palma. A día de ayer resultaba ya imposible volver del Aeropuerto de Son Sant Joan el domingo por la tarde. La última frecuencia disponible parte de Mallorca a las 15.40 horas. Y eso que hay hasta cinco vuelos programados desde las 18 horas a las 22 horas. Están todos llenos.
Son obviamente los vuelos más demandados, los que se llenan, los más susceptibles de terminar sufriendo sobreventa de billetes. Desde la Agrupación Empresarial de Agencias de Viajes de Balears (Aviba) denuncian que «hay un aluvión» de overbookings, en palabras de su presidente, Pedro Fiol, quien apunta a un motivo principal para explicarlo: «la enorme deuda que el Gobierno tiene con las aerolíneas por el descuento de residente –estimado en unos 300 millones– hace que para minimizar las pérdidas económicas muchas vendan más asientos de los que tienen». En ese sentido subraya un riesgo que evitan correr: en el caso de que el pasajero no comparezca, la compañía solo ingresa el 25 por ciento de la tarifa porque el Estado solo se hace cargo del 75 por ciento restante por pasajero real, no por billete vendido. El overbooking, advierte, puede tener «consecuencias drásticas para los usuarios afectados».
Biel OlivarSurt mes car el taxi del hotel al s'aeroport jijijiji