Manoli Zornoza, nacida en Albacete y criada en Valencia, desembarcó en 1970 en Menorca con solo 16 años de edad para emplearse en el Hotel Playa Azul de Cala en Porter. Mientras, con los 18 ya cumplidos, Eduardo Muñoz trazó idéntico paso, pero proveniente de Córdoba. «Vinimos por una cuestión de necesidad, para buscar trabajo», recuerdan.
Quizá fue el azar. O tal vez un designio del destino, siempre inescrutable. Pero con certeza, aquella decisión cambió para siempre su recorrido vital, a partir de la historia de amor que construyeron al poco de conocerse, apenas habían pisado la isla que terminó por convertirse en su sitio en el mundo, en su hogar.
No en vano, esa relación forjada al calor del verano menorquín se formalizó con una boda en Valencia un lustro después, lo que precedió su definitiva venida a la Isla y a Cala en Porter, en mitad de los años 70.
El costero y turístico núcleo que se alza al sur de Alaior se convirtió en su hogar desde el primer momento. También en lo que proporcionó su modo y ritmo de vida. En 1976, Eduardo, dada la experiencia acumulada en sus tiempos de barman en el «Playa Azul», impulsó junto con un socio el conocido 007 Bar. Entonces, una coctelería en la Isla se presumía un negocio de otra galaxia... pero el impacto no pudo ser más positivo. Tanto, que en junio de 1980 el matrimonio Muñoz-Zornoza alumbró su siguiente negocio, el «Aloha», también especializado en cócteles y uno de los sitios de referencia en cuanto a ocio de Cala en Porter, y sobre cuyo techo alzaron su casa.
En ese periodo también nacieron sus dos hijos, entablaron amistades, contribuyeron a afianzar las fiestas de Cala en Porter, impulsaron la antigua discoteca Lui de Maó... en suma, redactaron su propia historia.
Medio siglo después, llegada la hora de su jubilación, ha sido también la del reconocimiento. Como el que se les brindó en el acto que enmarcó el pregón de las Fiestas de Cala en Porter 2025. Allí estaban vecinos, amistades... su gente en definitiva, que a base de aplausos quisieron reconocerles y devolverles lo mucho que ellos también han dado a la Isla. Eduardo y Manoli, una historia de vida y amor al calor de Cala en Porter.