En una hora, el tiempo que duró la granizada del pasado jueves, se ha perdido hasta el 80 por ciento de la producción de algunos huertos de frutales. Este cultivo se concentra en el Barranc de Cala en Porter, en el del Rellotge y otros puntos de Alaior, y en la zona de Son Tremol, en Es Migjorn, que son algunas de las zonas más sacudidas por la fuerza de la tormenta, lo que significa que esta producción ha sido la más afectada del sector agrario.
Son diez fincas las que se dedican profesionalmente a la fruta, asociadas en la Agrupación de Defensa Vegetal Fruta de Menorca, y todas han sufrido pérdidas importantes. De las cosechas de manzana, pera, variedades de ciruela tardías y caqui solo se salvará una pequeña parte. Las piezas que no han caído presentan golpes y no podrán ser comercializadas.
La ruina se ha cebado con la fruta madura, a punto de ser recolectada pero los daños van más allá. La cosecha de cítricos, que se recolectan durante el invierno, también será menor este año. Se ha perdido aproximadamente el 70 por ciento de naranjas, mandarinas y limones. Las bolas de hielo han desprendido el fruto de los árboles o lo han dejado tan dañado que no alcanzará la maduración en los próximos meses.
El problema se agrava porque ninguno de los productores dispone de seguro contratado por fenómenos meteorológicos. «Son seguros pensados para grandes explotaciones, me interesé, pero no eran adecuados para nosotros», comenta Gustavo Blanco, de S'Hort d'en Rellotge, próximo a Alaior. «Las peras y manzanas están en el suelo o tocadas todas», agrega después de haber intentado salvar parte de la cosecha, «un ochenta por ciento está definitivamente perdida», dice tras haber inspeccionado los cuatro mil árboles que mantiene en producción.
Ante la carencia de seguro, Maria Reurer, técnica de la Agrupación, señala que se ha pedido ayuda al Consell, pero no han tenido respuesta. Respecto a la verdura y otros frutos tan propios de estas fechas como el melón y la sandía, los principales daños también se concentran en esa zona, pero se han salvado en buena parte del territorio insular.
Olivo
Las principales fincas de olivos tuvieron más suerte, principalmente por su emplazamiento. Dos de las fincas entre las de mayor producción, Morvedra Vell, en Ciutadella y Pont Modorro, en Maó, aseguran que la tormenta no fue dañina en absoluto, «aquí cayó lluvia que realmente fue una bendición», explica Isaac, responsable de la segunda.
En Binifaell, Alaior, sí se han registrado un 20 por ciento de pérdida del fruto y parte del que ha quedado tiene la marca de los impactos. El propietario asegura que hará un seguimiento para conocer si aguanta o es víctima de los insectos por haber quedado en un estado más vulnerable.
En otra finca de Maó, Malbúger Nou, el propietario apunta que el abundante follaje ha protegido las olivas, «habrá caído un 15 por ciento, pero las que quedan aprovecharán el agua y serán más gordas, al final el peso será el mismo, la cosecha no se va a resentir», dice Pepe Yáñez, quien elogia la calidad del alberquina, la variedad más presente en la isla, «una aceituna que se agarra bien al árbol».
Viña
En cuanto a la viña «perderemos en volumen y calidad, el año iba para excepcional y quedará en ordinario», resume Xavier Solano, de la bodega Sa Forana, la más perjudicada por hallarse en Sant Climent, que además sufrió daños en el tejado de la bodega y en otra caseta.
César Palomino, presidente de la asociación Vi de Menorca, explica que no se ha realizado un peritaje ni cuantificación de los daños, que se han ceñido al levante insular, «no ha sido una catástrofe como parecía», dice. El adelanto de la vendimia les benefició, en la uva que queda por recoger, la variedad merlot fundamentalmente, las bayas rotas por el granizo pudren todo el racimo.