El triatleta menorquín Nil Riudavets Victory, flamante medallista de bronce en la prueba de triatlón PTS4 en los Juegos Paralímpicos de París 2024 fue homenajeado en la tarde-noche de ayer por el Ayuntamiento de Maó, localidad natal y de residencia del primer deportista de la Isla que conquista metal en unos JJPP.
El acto, más que justificado y merecido por tanto, llenó la sala de plenos del consistorio mahonés. Familia, amigos y admiradores de Nil Riudavets no faltaron a una cita que también contó con la plana institucional de la ciudad, con el alcalde Héctor Pons Riudavets al frente.
Alabanzas
Se da la circunstancia de que el deportista y el alcalde son primos, un vínculo de sanguinidad que acentuó la emotividad del discurso de Héctor Pons.
El alcalde hizo referencia a las (muchas) virtudes que se concentran en la figura del medallista en París, tanto en lo deportivo como en lo personal, poniendo en valor la insobornable capacidad de sacrificio de la que ha hecho gala Nil, tanto para combatir y superar sus problemas físicos en primer lugar, como después para alcanzar la meta de estar en París 2024, y una vez allí, de sellar su participación con una fantástica rúbrica en forma de metal, el primero que se embolsa Menorca en la que fue su segunda presencia en unos Juegos Paralímpicos, y después de una prueba espectacular, en la que Nil Riudavets remontó partiendo desde el octavo lugar tras la competición de natación con un epílogo tremendo, en el que fue capaz de recuperar 20 segundos.
Ni que decir tiene que en ciertos momentos de la alocución del alcalde la emoción se apoderó de su rostro, como también del resto de la sala.
Tras el turno de intervenciones y las correspondientes y sinceras ovaciones, Nil registró su firma en el libro de honor de la ciudad de Maó, recibió la ‘sirenita’ (un símbolo de la ciudad) de parte del consistorio, y a la inversa, el triatleta hizo entrega de una camiseta suya a la primera institución mahonesa, que recogió el propio Héctor Pons.
Finalmente, los representantes del Ayuntamiento mahonés se inmortalizaron en el interior de la sala con el triatleta, quien luego repitió protocolo con su familia y gente de su entorno.
En definitiva, un merecido homenaje para un triatleta que ya es historia del deporte local.