Hace un año que, en Ciutadella, debían haber terminado las obras para la reforma integral del Camí de Baix. Algo que ocurrirá en las próximas fechas si nada se tuerce, cuando la empresa adjudicataria coloque las lámparas de las farolas. Será entonces cuando los vecinos podrán ver definitivamente la luz al final del túnel.
Las últimas actuaciones de estas obras interminables han consistido en «instalar el cableado» frente a las casas y cubrir los huecos hasta ahora entablillados, y completar la barandilla del mirador al puerto en una de las esquinas. Así lo apuntaba ayer el concejal de Mantenimiento y Mejora de la Vía Pública, Miquel Ametller, quien apuntaba que las obras «están muy avanzadas y solo faltan unos retoques» y «en unos días llegarán las luminarias».
También quedan por resolver las conexiones entre el Camí de Baix y las calles perpendiculares que interceptan. «Falta el asfaltado frente a los juzgados, para que el agua no se encharque».
Demora excesiva
Ametller reconoció la demora excesiva de la constructora, «ha sido más larga de lo que habríamos deseado, tendrían que haber estado acabadas cuando entramos» en el equipo de gobierno.
En su momento, el Ayuntamiento contempló sancionar a la constructora por la demora acumulada, según las condiciones incluidas en el contrato. A principios de enero, el alcalde Llorenç Ferrer lo descartó tras haber acordado con la empresa que terminaría la intervención en febrero. Una fecha que también se fue aplazando y no será, por lo menos hasta mayo, que se den por finiquitadas las obras. Ante este escenario, Miquel Ametller considera que «ahora tenemos que acabar el proyecto y después ya se verá si hay que hacer algo con relación al retraso», que ha motivado multitud de quejas entre el vecindario.
Son las obras de la Sagrada familia de Ciutadella, antes de terminar ya habrá que reparar. Un equipo de gobierno digno de estudio.