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Así ha sido el estreno del 'puerta a puerta' en Maó: gana el civismo

El estreno del nuevo sistema de recogida de basura deja un «sorprendente» nivel de participación y apenas incidencias

Los operarios del servicio de recogida comprueban el contenido del cubo de una vivienda de Es Canutells. | Gemma Andreu

| Maó |

La recogida de basura puerta a puerta se estrenó en la noche del lunes en Sant Climent, Llucmaçanes, Es Canutells, Binixíquer y Binidalí sin incidentes destacables y con un nivel de participación que ha «sorprendido gratamente» a los mismos responsables del Consorcio de Residuos y Energía, que –atendiendo a las experiencias de Mallorca– se habían puesto la venda antes que la herida. La gran mayoría de vecinos se adaptaron a la nueva normalidad en la gestión de los residuos, con excepciones mínimas (apenas en cuatro casos no sacaron la fracción que tocaba) que confirman una regla: llegado el Día D, y a pesar de las incertidumbres y reticencias, el civismo se ha impuesto.

Un paseo nocturno por el principal núcleo de población en el que se ha estrenado el puerta a puerta, Sant Climent, da muestras del alto compromiso vecinal. Pasada la franja horaria en que hay que sacar la basura (de 20.30 horas a 22.30 horas), delante de casi cada casa –tampoco es obligatorio sacar la basura y no todas están habitadas– reposan bien ordenados, colocados con el esmero, los famosos cubos multifracción. La imagen no es de suciedad, todo lo contrario. En casi todos los casos la basura, este lunes envases, queda confinada en la uniformidad de los cubos cerrados. Los antiguos contenedores, focos de suciedad y malos olores, han desaparecido, para alegría sobre todo de los vecinos que los tenían justo en frente.

Se recogió la fracción de envases de plástico en 237 domicilios.| Gemma Andreu

Balance de recogida

A las 22.30 horas salía el camión de recogida de basura de la nave del polígono de Maó para empezar la recogida primero por Es Canutells, después por Binidalí y Binixíquer y finalmente por Sant Climent y Llucmaçanes. El balance de la recogida fue de 237 casas, cuatro comercios y cuatro áreas de aportación, los espacios controlados que usan las viviendas diseminadas donde no llega la recogida domiciliaria. Se han recogido 160 kilogramos de plástico en los domicilios (una media de cerca de 700 gramos por vivienda) y 140 kilos de materia orgánica en los establecimientos comerciales.

Es un nivel de participación destacable, teniendo en cuenta que es el primer día de implantación del nuevo sistema y que se trata de urbanizaciones en las que hay inmuebles desocupados fuera de la temporada. Los datos solo revelan 13 incidencias, nueve de ellas por no usar el cubo que tocaba, y solo en cuatro casos por no sacar la fracción que correspondía. Las incidencias son comunicadas a los propietarios, los residuos no se recogen, pero por el momento hay mano ancha hasta que el sistema esté más rodado. «El balance del primer día de implantación es muy positivo», explicaba ayer Mateu Aínsa, director insular de Medio Ambiente.

Responsables del Consorcio de Residuos, del Ayuntamiento de Maó y de la empresa encargada de la recogida de basura recorrieron en la noche del lunes los cinco núcleos urbanos donde ya ha arrancado el puerta a puerta para comprobar con satisfacción la elevada participación que se ha registrado. Habían sido advertidos de que en los primeros días de implantación son mayoría los vecinos que no sacan la basura. No fue así. Los lugares para empezar la revolución de los residuos estaban especialmente escogidos con esa intención. Son núcleos urbanos con un gran arraigo y sentimiento de comunidad vecinal, con una mayoría de viviendas unifamiliares o con muy pocos vecinos. Si en algún sitio tenía que funcionar era en estas urbanizaciones. La prueba de fuego del puerta a puerta llegará en unos meses, cuando el nuevo sistema empiece se extienda a zonas más pobladas.

A la mañana siguiente, antes de las 9 horas prácticamente todos los vecinos ya habían retirado los cubos de la vía pública. Una bolsa de basura rota junto al contenedor de ropa de Caritas viene subrayar la normalidad del resto del paisaje. El polémico puerta a puerta ya está en marcha. Dentro de un año será una realidad en la totalidad de los términos municipales de Maó y Es Castell y poco a poco a todos los vecinos de Menorca les acabará llegando el turno.

El apunte

La excepción que confirma la regla: una bolsa rota en el parking de Sant Climent

La recogida de basura puerta a puerta se puso ayer en marcha con normalidad. Los vecinos, que en las últimas semanas han venido recibiendo información sobrada sobre el funcionamiento del nuevo sistema, respondieron incluso mejor de lo esperado. Sin embargo, hay excepciones que en este caso viene a confirmar la regla. En Sant Climent, el principal núcleo urbano en el que ha empezado a implantar el nuevo sistema, el nivel de limpieza de la vía pública era ayer por la mañana casi absoluto, pero se encontró una bolsa de basura rota y con materia orgánica que alguien había abandonado junto al contenedor de ropa usada de Caritas, en el lugar donde solían estar los contenedores. Un hecho claramente aislado.

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