Admitió su error, dijo estar arrepentida por lo que había hecho al desconocer las consecuencias pero lo justificó descargando, prácticamente, toda la culpa de la decisión que le llevó a cometer el delito de sustracción parental, en los consejos del que era su abogado mahonés en el verano de 2023.
Constituyó su declaración el grueso de la primera jornada del esperado juicio a la mujer que huyó con su hijo de 7 años a Bruselas, en octubre de aquel año, en lugar de entregárselo a su padre en Ciutadella al final del mes de vacaciones en la casa de los abuelos, en Villanueva de la Serena.
La madre, enfermera de profesión, aceptó el acuerdo al que llegaron abogados y fiscal antes del inicio de la vista. Mostró arrepentimiento y, como atenuante cualificado, consignó 30.000 euros de indemnización para el padre por los daños morales causados lo que permitió rebajar la condena solicitada de 4 años a un año y 10 meses de prisión, que no cumplirá. Se le retira la patria potestad del menor por tres años y medio y tiene prohibido comunicarse o aproximarse a él a menos de 500 metros durante dos años y diez meses. Deberá pagar, además, 6.000 euros por las costas de la acusación.
La vista, que continuará hoy con la declaración del padre y otros testigos, tuvo que iniciarse de todas formas porque los otros dos acusados, la mujer en cuya casa residió unos días la madre en un pueblo de Madrid, previo viaje a Bélgica, y el mismo abogado mahonés no aceptaron ningún acuerdo. Ambos se enfrentan a tres años de prisión, acusados de haber cooperado en la fuga de la mujer con su hijo.
Ella sostuvo en su declaración que el último año de relación con el padre de su hijo en Ciutadella, ya con la custodia compartida, había sido un horror, con violencia y odio, de ahí que cuando se marchó de vacaciones a su pueblo intentó hablar con él para solucionar la situación por el bien del menor. Negó que ya tuviera tomada la decisión de no regresar a Menorca pese a que había prematriculado al niño en un colegio de su pueblo, aunque aseguró que había informado al padre «y no me dijo que no lo hiciera».
Fue cuando el hombre llamó al niño para anunciarle que iría a Extremadura a recogerlo acompañado por unos policías, ante la negativa de la madre a devolvérselo, cuando la mujer decidió huir fuera de España.
«Mi hijo tuvo un ataque de ansiedad porque no quería volver», relató, y cuando le preguntó qué hacer a su abogado, «me dijo que la única solución era huir a Bélgica y que él resolvería las cosas aquí». Fue el mismo letrado, aseguró, quien planeó la huida, e incluso quien condujo a la mujer y a su hijo en un coche particular hasta Perpiñán, donde ambos tomaron un tren hacia Bruselas a finales de octubre. Añadió la mujer que «el abogado me pidió mi tarjeta de crédito para mandarme dinero y me pareció bien».
La mujer insistió en que actuó bajo el consejo del abogado, «sabía que no estaba bien pero tenía que actuar respecto a lo que me dijera él que era el profesional», dado su desconocimiento del mundo judicial. A preguntas del fiscal, aseguró que no tomó consciencia del delito que estaba cometiendo, prácticamente, hasta que fue detenida por la policía belga. Fue entonces cuando contrató a otro abogado.
En cuanto a la otra acusada, supuesta amiga, la madre la exculpó indicando que nunca le habló de sus intenciones de fuga. Dijo que era compañera por haber coincidido en talleres de terapias alternativas, y que si se quedó en su casa, un hospedaje para este tipo de prácticas, durante varios días, en un pueblo de Madrid, fue porque lo solía hacer cada año cuando iba de Menorca a Extremadura. La tarjeta de teléfono a su nombre que usó en su huida se la dio esta compañera porque, dijo, la suya no funcionaba en ese lugar.
Quien no conozca a esta mujer. Pues os dire q es mui manipuladora etc etc y las muchas denuncias falsas lo demuestran. Y por todo lo esto lo pagamos todos ella inclusive