El abogado defensor del condenado por asesinato del crimen del jacuzzi de Ciutadella, Juan Ignacio Sanz Cabrejas, rehusó ayer valorar la sentencia dictada por la magistrada de la sección segunda de la Audiencia Provincial, que condena a su cliente a la pena máxima recogida en el artículo 139.1 del Código Penal, aunque resulta evidente su desacuerdo con el fallo. Por tanto, confirmó que presentará recurso de apelación ante la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Balears en el plazo de diez días del que dispone desde ayer.
Tras conocer el veredicto de culpabilidad del tribunal del jurado popular, el fiscal y la acusación de la CAIB se mantuvieron en su petición de los 25 años de cárcel para el acusado, mientras que el letrado defensor modificó la suya inicial, que era de libre absolución. Solicitó entonces a la magistrada que le aplicará la mínima posible que incluye el Código Penal para este tipo de asesinatos agravados por razones de alevosía, parentesco y género, que son 15 años de cárcel.
El penalista madrileño tuvo una dura tarea en el juicio para desvirtuar la carga de las testificales y periciales que allí se expusieron. Concluyó que las pruebas no eran determinantes para eludir la presunción de inocencia, que los sonidos y frases de la grabación del móvil de la mujer habían sido interpretados por la fiscal y la acusación con el fin específico de culpar a su defendido y que el relato ofrecido por el acusado en declaración era perfectamente ajustable a los hechos.