El tratamiento que se da a los restos de animales de compañía en el Área de Gestión de Residuos de Milà ha provocado indignación entre los dueños que se han decidido a llevar ellos mismos el cadáver de sus mascotas hasta el recinto para su incineración. «Nosotros llevamos a nuestro gato envuelto en una toalla. Nos hicieron pasar a una sala. El olor era insoportable. Le entregamos el animal a un operario, que lo tiró encima de un montón de restos de animales tapados con una lona. Si lo hubiéramos sabido no lo hubiéramos llevado y lo hubiéramos enterrado nosotros. Fue horroroso y una pena».
Es el testimonio que ha recogido este diario de una mujer a la que no se le olvidará la experiencia. La mayor parte de los dueños no tienen que vivirla ya que, si no pueden o no quieren enterrar ellos mismos a sus mascotas, delegan el trámite en las clínicas veterinarias, que obviamente se ven obligadas a cobrar por el servicio, (casi un euro por kilo) y a comunicar a los numerosos clientes que lo demandan que en Milà es imposible recuperar las cenizas de sus animales en una urna.
luis63idò, demanau que es faci un cementiri d'animals, com hi ha a altres indrets. Açò sí, crec que haurà de ser privat perque de públic ... pots esperar assegut.