El Ayuntamiento de Maó ya tiene aprobado el Plan Económico y Financiero (PEF) al que está obligado por incumplir el criterio de estabilidad presupuestaria en 2024, y evita así la intervención estatal que habría impuesto las partidas a recortar del presupuesto municipal. La negociación entre PP y PSOE –que aún tiene abierto el frente del recibo del agua–, permitió este viernes aprobar el plan de ajuste en un pleno, extraordinario y urgente, con los votos a favor de los socialistas y la abstención de los populares, Ara Maó y el concejal no adscrito.
Entre las medidas del plan para 2025-2026 se aprueba la rebaja del tipo del IBI del 0,66 al 0,65 el año que viene, propuesta por el Partido Popular y aceptada por el PSOE, con el compromiso de rebajar otra centésima, hasta el 0,64, en 2027.
«Es el mismo plan» que no prosperó en julio «con la incorporación de una medida más», la bajada del IBI, resumió la teniente de alcalde de Hacienda, Elena Costa, quien destacó que «lo más importante es cumplir el mandato legal» y «seguir trabajando para bajar el precio del agua en el primer tramo» de consumo.
En el debate del «pleno de la responsabilidad», como lo llamó el edil no adscrito Xisco Cardona, los reproches, inicialmente dirigidos por el PP al equipo de gobierno socialista por su «prepotente y nefasta gestión económica», en palabras de la concejala Maribel Llufriu, se centraron después casi exclusivamente en Ara Maó, tanto por parte de los populares como de sus ante socios socialistas.
A su portavoz Jordi Tutzó le recriminaron no haber realizado ninguna propuesta mientras criticaba las medidas incluidas en el plan, del que aseguró, «no aporta nada nuevo, tienen un plan peor que al anterior» aunque «es positivo que se abandone el desgobierno». Y es que el concejal de Ara Maó fue muy crítico con la medida de rebajar el IBI, por la bajada de ingresos que supone para el Consistorio, e insistió en que el acuerdo tiene «zonas oscuras», insinuando que hay servicios e inversiones que se tendrán que recortar. También recordó que la propuesta de rebajar el recibo del agua en el primer tramo «no es nueva, es de 2017 y el PP votó en contra y la llevó al juzgado, no se puede ser más incongruente».
Su intervención levantó las críticas a izquierda y derecha. La concejal del PP, Maribel Llufriu, le acusó de «generar miedo a la población sin traer propuestas». «Hablar de recortes por la rebaja del IBI es pura alarma», le espetó, «usted se pone de perfil, no se implica, no da soluciones, solo critica».
Las relaciones con su exsocio, el PSOE, tampoco pasan por su mejor momento. La teniente de alcalde Elena Costa también echó en cara al portavoz de Ara Maó su postura y la falta de propuestas para el plan. «Su abstención es lícita, pero entrega la mayoría a la derecha y la extrema derecha, que pueden acabar decidiendo», dijo. El alcalde Héctor Pons, conciliador, destacó el «esfuerzo negociador» y zanjó el debate diciendo que «lo importante es el plan», ya aprobado.
No se porque se reprochan entre ellos, ninguno lo puede hacer peor