Uno de los grandes argumentos que ha esgrimido el Consell insular para sacar adelante el proyecto de reforma de la Me-1 a su paso por Rafal Rubí es el estudio de evaluación de impacto patrimonial que encargó al experto Jordi Tresserras, en el que se proponen medidas correctoras como una pantalla vegetal para reducir la visibilidad de la rotonda a doble nivel desde las navetas. El informe de Icomos echa por tierra con contundencia el informe de Tresserras, quien a la sazón fue presidente del organismo asesor de la Unesco.
«Parece haberse realizado sobre una opción predeterminada, sin una evaluación comparativa de alternativas y sin una evaluación completa del impacto en el paisaje que rodea las navetas en el contexto de la comprensión plena de su contribución» a la condición del área de Rafal Rubí como un bien de valor universal excepcional. Son algunos de los argumentos que utiliza para reclamar que se lleven a cabo nuevos análisis sobre la mejor solución para el cruce.
Las conclusiones de Icomos otorgan mucho más valor al informe desfavorable a la rotonda de doble nivel solicitado en el año 2018 por el tripartito a la Fundación Universidad Autónoma de Madrid, en el que se destaca la necesidad de considerar el impacto paisajístico más allá del aspecto meramente visual, teniendo en cuenta el valor del conjunto paisajístico de los monumentos.
Este enfoque, que –aseguran desde Icomos– cobró mayor importancia cuando se reformuló la candidatura sobre la base del vínculo inextricable entre las navetas y su entorno, no se adopta en el estudio de evaluación encargado por el actual equipo de gobierno. De éste llega a afirmar que «oculta por completo el entorno paisajístico», con imágenes del impacto visual que son «poco satisfactorias», «tomadas desde puntos de observación alejados de las navetas» y sin ofrecer «visiones amplias del viaducto, su rotonda, rampas y vías de salida asociadas».
Tirón de orejas
Icomos afirma que a la vista del proyecto para terminar el enlace a doble nivel de Rafal Rubí no se han tenido en cuenta las recomendaciones que se le hicieron llegar al Consell para corregir las deficiencias que presentaba la candidatura de la Menorca Talayótica como Patrimonio Mundial. En ese sentido cabe recordar que el conseller de Cultura, Joan Pons Torres, afirmó el pasado mes de agosto que lo que pedía la Unesco era «retirar los restos de obra y los postes eléctricos», no renunciar al proyecto de rotonda a doble nivel. No obstante, el ente le desmiente augurando que lo que pidió, después de que el tripartito le prometiera que derribaría el puente a medio construir, es que «se llevara a cabo la eliminación lo antes posible».
ICOMOS no es sino un chiringuito dentro de otro chiringuito más grande llamado UNESCO, que a su vez forma parte del mayor chiringuito corrupto que existe a nivel mundial, que no es otro que la famosa ONU. Famosa sobretodo por ser un antro de piratas, bandoleros, corsarios y ladronazos de todo pelaje, dedicados básicamente al más sucio tráfico de influencias y al latrocinio a gran escala. Eso es la ONU y por ende, todos los podridos apéndices que le cuelgan. Por tanto, cualquier documento, informe, expediente, estudio, recomendación, etc. que provenga de organismos pseudo científicos y a sueldo de intereses espurios, como el tal Icomos, UNESCO y demás, tiene el mismo valor que un trozo de papel higiénico usado. Esperamos que el Consell actúe en este asunto sin miedo y sin complejos y cumpla su programa electoral que le llevó a ganar las pasadas elecciones en 2023. Las infraestructuras en Menorca y las necesidades de esta isla las decidimos los menorquines. No se deciden en París, Nueva York o Pernambuco.